Calienta el horno a 170º C (325º F).
Prepara tres moldes de 8 x 2 in o 2 de 10 x 2 in, con manteca vegetal y harina o bien puedes usar papel pergamino en la base y engrasar las paredes de los moldes.
Ponemos en un recipiente 1/2 taza de leche a temperatura ambiente y le agregamos el aceite. Reservamos
En otro recipiente ponemos la leche restante, le añadimos la vainilla y los huevos que deben estar a temperatura ambiente. Batimos un poco con un batidor de globo o un tenedor y reservamos.
Ponemos la harina, el azúcar, el polvo para hornear, el bicarbonato y la sal en el bol de la batidora con el accesorio de pala.
Con la batidora en la velocidad más baja añadimos, poco a poco, trozos de mantequilla a temperatura ambiente hasta que agreguemos toda y batimos hasta que todo se mezcle y que parezca arena gruesa.
Añadimos la mezcla de leche y aceite de una sola vez a los ingredientes secos y mezclamos a velocidad media durante 2 minutos.
Después de 2 minutos, raspamos las paredes del bol de la batidora. Este es un paso importante para evitar que se formen grumos duros de harina o ingredientes sin mezclar en la masa. Si lo hacemos después, no se mezclará bien todo.
Añadimos poco a poco la mezcla de leche y huevos mientras con la batidora a velocidad baja, parando para raspar el bol una vez más a mitad de camino. Mezclamos hasta que esté todo muy bien combinada. La masa debe ser espesa y no demasiado líquida.
Dividimos la masa en los moldes previamente engrasados y los llenamos hasta 3/4 de su capacidad. A mí me gusta pesar los moldes para asegurarme de que son uniformes y así es muy probable que al hornearlos queden más parejos. Horneamos durante 30 minutos y comprobamos que los pasteles ya estén listos haciendo la prueba del palillo, ésto es que se introduce un palillo y si sale limpio, ya está listo el pastel.
Sacamos los pasteles del horno y les damos un golpe en la encimera para que suelten aire y no se encojan demasiado. Los dejamos que se enfríen en una rejilla hasta que apenas estén calientes, que estén un poco tibios.
Después de que se enfríen durante unos 10 minutos, ponemos la rejilla de enfriamiento sobre el pastel, colocando una mano en la parte superior de la rejilla de enfriamiento y una mano debajo del molde y volteamos el molde y la rejilla de enfriamiento para que el molde esté ahora boca abajo en la rejilla de enfriamiento.
Retiramos el molde con cuidado. y repetimos la operación con los otros moldes.
Una vez que los pasteles se hayan enfriado por completo, los envolvemos con cuidado en papel de plástico y los metemos en el congelador durante unos 30 minutos para que se endurezcan y sean más fáciles de manipular para decorarlos.